PRODUCTIVIDAD
¿Para cuándo dejas las tareas más complicadas del día? Un método te dice cuándo llevarlas a cabo
Frente a la procrastinación, eficiencia y productividad. Pero ¿se nace siendo productivo, o existen determinados hábitos o conductas que modifiquen nuestra personalidad y nos conviertan en personas que aprovechamos mejor nuestro tiempo?
Sí. Existen. Quizás la más conocida por todos sea la técnica Pomodoro. Pero en esta ocasión estamos aquí para hablar de otro método con un nombre bastante peculiar: ¡Cómete esa rana!. Por supuesto, su nombre en inglés es el más usado, ‘Eat that frog’, y fue creado por un empresario y coach de Reino Unido llamado Bryan Tracy.
No dejes para el final lo más difícil
Este método consiste en realizar las tareas más desagradables siempre antes que cualquier otra. En contraste, las que queden por hacer resultarán (o parecerán) mucho, mucho más livianas, sencillas y agradables a la hora de llevarlas a cabo. Este sistema se basa en una cita del escritor Mark Twain, autor de Robinson Crusoe, que dice así: “Cómete esa rana viva a primera hora del día y nada peor te va a ocurrir el resto del tiempo”.
También este método está relacionado con la pérdida de energía que sufrimos a lo largo del devenir de las horas del día. Si una tarea nos resulta desagradable, imagina esa misma tarea a una hora de terminar tu jornada laboral. Mucho peor, ¿verdad? Es por ello que se debe acometer siempre la que más pereza da. El resto vendrá solo.
Beneficios del método de la rana
1
Cumplir con las tareas más difíciles a primera hora del día evitará que se queden siempre en la lista de pendientes. Una losa que debemos eliminar cuanto antes.
2
Una de las ventajas más importantes es que este método ayuda a aumentar nuestra productividad a lo largo el día y a poder llevar a cabo nuestros objetivos más fácilmente.
3
Y, por último, nos ayuda a mantener una mejor organización de nuestro trabajo. Si aplicamos esta técnica de manera habitual en nuestro día a día, iremos viendo cómo nuestra productividad aumenta de manera paulatina.
Para llevar a cabo este sencillo método, solo tienes que asegurarte de poner en lista todos tus quehaceres del día. Analízalos e identifica cuál es el menos agradable de todos. Si la tarea es larga, divídela y hazla poco a poco, marcando cada paso como satisfecho. Los objetivos se cumplen más fácilmente si se llevan a cabo poco a poco, esto disminuye la frustración. Si logras cumplir con las tareas más difíciles al cabo del día, el resto del día será pan comido.
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