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miércoles, 10 de julio de 2024

Tras más de 20 años usando Windows, me acabé pasando a Mac. Un mes después vi lo mucho que me estaba perdiendo

Windows ha sido mi sistema operativo preferido durante todo este tiempo, pero ahora ya no estoy tan seguro de ello
Es extraño. Nunca creí tener que escribir sobre algo parecido, pero aún así, aquí estoy. No por nada, sino porque he sido usuario de Windows desde que tengo uso de razón y gran parte de la culpa la tiene mi afición por los videojuegos, siendo el sistema operativo más confiable y compatible con la mayoría de títulos que salen en el mercado. Pero repito, aún así, aquí estoy. Aunque, como todo, tengo mis razones y desde luego, no me arrepiento en absoluto.

Fuente: genbeta


Creí que macOS iba a ser todo un infierno para mí a la hora de adaptarme a este sistema. Sin embargo, es como si un viejo amigo me estuviese esperando con los brazos abiertos. Para dar algo de contexto, necesitaba un ordenador portátil ultraligero y con una gran batería para poder trabajar cuando estoy fuera o se me requiere para algún evento. Sabiendo ya de por sí que los portátiles ultraligeros son relativamente caros independientemente de las especificaciones técnicas que puedan tener, en mi interior había una semilla que comenzaba a crecer y era la curiosidad de probar de primera mano lo que había hecho Apple con sus procesadores propios basados en ARM.
Dando el paso hacia un mundo desconocido

Tras debatirlo seriamente con la almohada, decidí decantarme por un MacBook Air con chip M2. Ligero, gran batería, eficiente y más que suficiente para todo lo que voy a hacer con él. Ya tengo el PC de escritorio en casa para jugar, así que supe que este equipo tenía que ir orientado a trabajar en remoto y multimedia. Aproveché una buena oferta del equipo, algo que me alentó aún más en tomar esta decisión, y días después llegó a mi casa, rebosando de júbilo.




Suelo tener la mente muy abierta cuando se trata de utilizar cualquier tipo de dispositivo o sistema. Aunque llevo años con Android, en mis manos han pasado también un iPhone 3GS y un iPhone 5, así como mi indestructible iPad Air, que aún a día de hoy le doy uso. Aunque también haya tenido cierta experiencia con diversas distribuciones de Linux, en ordenadores siempre me he decantado por Windows, precisamente por ser el sistema operativo que menos complicaciones da a la hora de jugar (aunque a veces no nos lo ponga muy fácil con su inconsistencia e innumerables fallos). Sin embargo, nunca tuve la suerte de probar macOS. Hasta ahora. Y dios, comienzo a entender muchas de las cuestiones que la gente ama de estos equipos.

Diseño impecable, ligero, silencioso a más no poder y todo lo que conlleva un dispositivo de Apple. Ahí queda todo claro. Sin embargo, mi idea en este artículo era simplemente contar mi experiencia con el software. No vengo a descubrir nada ni a entrar en tontas disputas, sino quizás a arrojar algo de luz para aquellos que quieran también dar el paso. MacOS ha sido para mí como subir de nivel, aunque también existen sacrificios y pienso que debes de tener claro cuáles son tus intenciones con este sistema antes de dar el paso.
Mi experiencia con el ecosistema

He querido que mi transición a macOS (al menos en portátil, de momento) fuese lo más nativa posible, es decir, quería utilizar el sistema con el mínimo de software de terceros posible para ver cómo resolvía Apple mis problemas sin ayuda externa. Lógicamente, para algunas cosas no he tenido más elección que tirar de software de terceros, aunque desde luego me ha sorprendido el diseño de macOS y su filosofía de "funcionar sin complicaciones".

Aunque un iPhone sea un dispositivo tremendamente potente, considero que son muy pocos los que se aventuran a sacarle el máximo provecho y muchos los que se decantan por este smartphone para quitarse de complicaciones. Y lo entiendo, ya que todo está empaquetado para que funcione desde el primer momento en el que lo enciendes. Eso siempre me ha atraído, y en Mac ocurre lo mismo. Creo que el ejemplo más claro y tonto para reflejar esta idea es el hecho de que el equipo se encienda con tan solo abrir la tapa.




Con un buen tiempo ya en macOS Sonoma y a las puertas de macOS Sequoia, mi experiencia refleja lo que he vivido estos últimos meses con el último sistema operativo de Apple hasta la fecha. La gran mayoría de mis últimos artículos en Genbeta han sido escritos desde el teclado del MacBook Air, por lo que me ha dado tiempo de sobra a descubrir gran parte del tejido que conforma macOS y entender sus virtudes y carencias.

Como decía antes, me ha sorprendido lo bien y rápido que me he acabado adaptando a macOS. Lo cierto es que se trata de un sistema operativo que se precia a ello, y Apple te lo da todo muy mascado para que no te atragantes. Además, el sistema ofrece una serie de características muy destinadas a la productividad y a un enfoque multimedia, justo precisamente lo que buscaba.




Una vez modificado el dock con las únicas aplicaciones que quería que apareciesen en el escritorio y habiendo cambiado el fondo, estaba listo para descubrir qué es lo que me depararía macOS. Y quizás entre todas sus cualidades la que más encaja según mi experiencia ha sido la comodidad.
Un sistema operativo enfocado en la productividad y multimedia

Por un lado, 'Mission Control' me permitía estar al tanto de todo lo que tenía abierto, una función muy a mano y que precisamente ofrece control al usuario. Por otro lado 'Finder' y 'Spotlight', herramientas muy eficaces para encontrar todo lo que permanece en el almacenamiento interno de tu equipo. No obstante, quizás la característica que más me ha llamado la atención son las esquinas activas, permitiéndome realizar diversas tareas con tan solo colocar el puntero del ratón en cualquiera de las cuatro esquinas. Es super útil y en mi ocasión las he configurado para abrir el Launchpad (menú con todas las apps), Mission Control y apagar la pantalla.

En macOS siento que las funciones del sistema están mucho más cerca del usuario y no tienes que indagar demasiado para montártelo bien a la hora de realizar cualquier tarea. Además, para nuestro trabajo, realizar capturas de pantalla o eliminar el fondo de algunas imágenes suelen ser tareas que hacemos prácticamente a diario y que en macOS se encuentran muy a mano.


Previsualiza cualquier archivo haciendo clic y pulsando la barra espaciadora

Cualquier captura de pantalla se puede guardar directamente desde que la haces en el escritorio o en el portapapeles, y si haces clic derecho en cualquier imagen te encontrarás con la función para eliminar el fondo de serie. Además, tenemos varias opciones para realizar capturas de pantalla, ya que también podemos seleccionar por zonas e incluso capturar vídeo por zonas si presionamos CMD + Shift + 5. La grabación también es posible desde Quicktime, por lo que se trata de una función muy útil.


Grabación de vídeo en Quicktime

Tampoco podía dejarme atrás el hecho de poder previsualizar prácticamente cualquier tipo de archivo. Y es que con tan solo hacer clic en un elemento y pulsar la barra espaciadora, podremos previsualizar documentos, imágenes, vídeos y demás sin abrir ningún programa, una característica tremendamente útil y de esas que se echan de menos en Windows.




Además, quizá otra de las herramientas nativas más útiles enfocadas en la productividad es la sustitución de texto. Y es que el usuario cuenta con una herramienta de serie para invocar cualquier texto con tan solo escribir un par de letras. Te lo explico con un ejemplo, ya que creo que se entenderá mejor. Y es que en muchas ocasiones suelo buscar artículos de Genbeta mediante el buscador de Google, y para ello utilizo el comando 'site:genbeta.com' después de cada búsqueda. Sin embargo, en macOS he configurado que, cada vez que yo escriba 'gb', el texto se sustituya automáticamente por 'site:genbeta.com'. Esto te puede servir además para no perder tiempo introduciendo tu DNI, tu dirección, o básicamente cualquier texto que te parezca recurrente.

La forma en la que se instalan las aplicaciones también me ha parecido curiosa. Y es que cuando abrimos un archivo DMG tenemos la opción de ejecutar en un entorno aislado la aplicación en cuestión o 'arrastrarla' al sistema de almacenamiento para instalarla en el equipo. Quizá es uno de los puntos que más chocan, sobre todo si eres usuario de Windows, ya que es un proceso notablemente distinto.

Como decía antes, no vengo a descubrir nada que no se sepa ya y muchas de estas funciones las podemos replicar también en Windows, aunque con la diferencia de que necesitaremos programas de terceros para ello.




Y hablando de programas de terceros, he tenido que descargar algunas aplicaciones para seguir usando algunas funciones que no podía perder de vista.
Por un lado, una alternativa a WinRAR: BetterZIP. Por otro, un reproductor multimedia compatible con la mayoría de formatos. En esta ocasión me he decantado por IINA, app open-source que podemos descargar desde su página de Github. No obstante, VLC también se encuentra disponible, siendo la vieja confiable.

Además de ello, aplicaciones que suelo utilizar en mi día a día adaptadas a Mac: Slack, Discord, Steam, Telegram, WhatsApp, Nordpass y Moonlight (mi app de confianza para jugar en streaming). Además, macOS dispone de múltiples emuladores para juegos retro, por lo que se trata de un gran equipo al que poder instalarle miles de juegos viejunos.

Otra de las decisiones que me parecen muy acertadas en macOS es que cada aplicación cuente con su propia barra superior personalizada para encontrar de primera mano el apartado de configuración de la app y demás. De esta manera, todo queda mucho más a mano y no tenemos por qué pasarnos continuamente buceando en menús para encontrar lo que necesitamos.




Sin embargo, no todo es un camino de rosas en macOS. Y es que en comparación a Windows, considero que todavía hay trabajo pendiente en lo que respecta a la gestión de ventanas. Y es que hay ocasiones en las que cuesta colocarlas justo donde el usuario quiere y la filosofía de Apple de querer controlar cada aspecto de su sistema choca en este sentido, ya que pienso que existe mayor preferencia por hacer que las cosas queden bien en pantalla en vez de darle libertad al usuario y ofrecerle facilidades para colocar las ventanas en cualquier lugar.

En este aspecto, mi compañero Antonio Sabán, al que considero experto en la materia, me recomendó la app de Magnet para la gestión de ventanas. Honestamente pienso que la experiencia con la gestión de ventanas es mucho mejor desde aplicaciones de terceros que modifican esta experiencia a la que ofrece Apple de base. En este sentido, Windows no tiene rival.


El trackpad y el teclado del MacBook, la perfecta combinación


Que todo esté mucho más a mano también tiene que ver con las excelentísimas mecánicas del trackpad multi-touch. Y es que una vez aprendidas, navegar por todo el sistema de macOS mediante unos pocos gestos es una auténtica gozada. En Windows también tenemos una serie de gestos para navegar por el sistema a través del trackpad, aunque ni se le acerca a la suela de los zapatos de lo que se puede hacer con el que se encuentra integrado en todos los MacBooks. Uno, dos, tres, cuatro y hasta cinco dedos de un lado para otro y con funciones para cada gesto. Cuando uno se acostumbra a ello, es difícil volver atrás.




El teclado es otra de las cuestiones que no entendía por qué amaba tanto la gente. Y aunque la fórmula no es infalible, los de tipo tijera en Mac han acabado conquistando a sus usuarios. Y ya veo por qué. Permiten escribir rápido, son silenciosos y se amoldan fácilmente al dedo a la hora de presionar la tecla, por lo que escribir, una labor cotidiana para mí, también acaba siendo una gozada.
Piensa bien cuál es el uso que le quieres dar antes de dar el salto

Podríamos también entrar en aspectos como la calidad de la pantalla del equipo, lo increíblemente eficiente que es el M2 junto al software de Apple, la magia del ecosistema que ha cimentado la compañía con sus productos, o el diseño de los mismos. Sin embargo, creo que son temas que merecen ser debatidos con mayor profundidad y de los que nuestros compañeros de Applesfera han cubierto continuamente todos estos años.

Entrar a macOS significa además realizar una serie de sacrificios, sobre todo en lo que respecta a salir de nuestra zona de confort. Habrá funciones que seguramente no te gusten o que quizás el sistema no cubra todas tus necesidades. Es por ello que si tienes la inquietud de probar este sistema operativo, ten muy presente antes qué uso vas a querer darle y si crees que cumplirá con ello.

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