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miércoles, 15 de diciembre de 2021

¿QUÉ HACER ANTE LA DIFUSIÓN DE IMÁGENES ÍNTIMAS SIN CONSENTIMIENTO?

En Internet asumimos diversos roles de acuerdo a nuestras acciones: si leemos, si vendemos, si trabajamos, si compramos, si jugamos, si interactuamos, y muchos “etcétera” más. Los entornos digitales nos permiten hacer y vivir diversas experiencias y en cada una nos ubicamos -con bastante comodidad- en el rol asignado.



Navegamos los entornos digitales sabiendo en términos generales qué hacer o, al menos, cómo averiguar qué hacer cuando algo no sale como esperábamos. Los problemas que nos interpelan en tanto usuarios y usuarias o consumidores y consumidoras suelen tener, con mayor o menor eficacia, soluciones al alcance de la mano. Podemos devolver compras, calificar pedidos o aplicaciones, valorar servicios y alimentar bases de opiniones sobre profesionales o empresas.


Sin embargo, todas las sociedades y comunidades tienen temas invisibilizados. Internet, como espacio público, no es la excepción. Vamos a plantear un escenario hipotético: si indagamos qué porcentaje de las personas conectadas asiduamente a Internet sabe cómo cancelar una compra y lo comparamos con cuántos de esa misma población saben cómo denunciar la difusión de sus imágenes íntimas sin permiso: ¿qué mecanismos conocerán más?


Lo cierto es que la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento es una de las violencias más frecuentes en entornos digitales, experimentada por una proporción preocupante de las personas conectadas a Internet. Sin embargo, gira a su alrededor mucho desconocimiento: se minimiza la situación invirtiendo incluso la carga de la responsabilidad entre la víctima y el victimario, colocando la culpabilidad en quien envió las imágenes y no en quién las difundió. Se desconocen las graves consecuencias en la integridad y reputación de la víctima y, especialmente, se conoce muy poco sobre qué hacer ante un caso y cómo denunciarlo.


Para analizar esta violencia, se debe primero aclarar que el sexting, es decir el envío de imágenes sexuales desde plataformas digitales, es una práctica legítima siempre que cuente con autorización. La posterior difusión de esas imágenes sin consentimiento es un tipo de violencia que debe ser identificada, evitada y denunciada. A nivel legal Argentina aún no cuenta con una ley que penalice esta práctica pero todo hace creer que muy pronto la tendremos: el Senado de la Nación dio media sanción en julio del 2020 a un proyecto de ley que la tipifica y penaliza. 

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuenta con la difusión no autorizada de imágenes o grabaciones íntimas como una contravención. Lo cierto es que haya una ley específica o no, estamos ante la presencia de un tipo de violencia que debe a priori ser denunciado tanto en las mismas plataformas digitales como en la justicia. ¿Cómo? A continuación dejamos algunas pistas clave:


  1. Todas las plataformas digitales (redes sociales, mensajerías instantáneas y los propios buscadores) tienen herramientas específicas para denunciar si una imagen está siendo publicada sin autorización. Es necesario hacer la denuncia ya que es el mecanismo que tienen los servidores para eliminar el contenido.
  2. Recurrir a la justicia para analizar la situación. Aunque aún no sea un delito, en muchas situaciones donde existe difusión de imágenes sin consentimiento, hay convivencia de delitos sí tipificados: extorsión, robo de identidad, robo de información íntima, amenazas, etc. 
  3. Es necesario que la Justicia determine si hay elementos para denunciar e investigar. En el sitio www.fiscales.gob.ar se puede conocer la fiscalía más cercana para el asesoramiento. En nuestro país existen fiscalías especializadas en delitos informáticos y siempre se recomienda utilizarlas en estos casos.
  4. Guardar todas las pruebas posibles puede agilizar la denuncia: capturas de pantalla, mensajes, imágenes recibidas o enviadas, etc.
  5. La difusión de imágenes íntimas sin consentimiento se considera un tipo de violencia de género ya que la mayoría de las víctimas son mujeres y se reproducen diversos patrones de violencia y desigualdad de género. 
  6. En ese sentido, se puede pedir asesoramiento a la línea 144 desde todo el país, en forma gratuita y a cualquier hora.Es clave tener empatía y acompañar a las víctimas. Las violencias en Internet son vinculares y se potencian por nuestras propias acciones. Está en cada uno y una de nosotros y nosotras potenciar los daños o apoyar a las víctimas.

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