Noticias

sábado, 21 de septiembre de 2024

La batalla por la herencia de Rupert Murdoch se libra a partir de hoy en un tribunal de Nevada

La familia propietaria de Fox News y del Wall Street Journal se enfrenta en una corte de Reno por el control del imperio mediático, tras un drama sucesorio que ya dura años



Rupert Murdoch tiene 93 años y la absoluta certeza de que, si no lo remedia antes, su muerte puede generar una onda expansiva tan brutal que termine acabando con su propio imperio. Hoy el drama sucesorio que protagoniza esta familia, en la que está basada vagamente la serie 'Succession', afronta un capítulo fundamental para transferir la riqueza y el poder generados por este australiano a sus hijos. Después de años de batallas internas sobre estrategia comercial, política y planes de sucesión, la familia se enfrentará en un tribunal de Nevada para intentar cambiar las condiciones de la herencia del magnate. Murdoch quiere modificar su fideicomiso (que posee grandes participaciones en Fox Corp., propietaria de Fox News, y News Corp, matriz de The Wall Street Journal) para garantizar que sea su hijo mayor, Lachlan, quien tenga el control absoluto del conglomerado que incluye todo tipo de medios de comunicación y bienes raíces. Otro de sus hijos, James, con el que lleva años sin hablarse, se opone a ese cambio y cuenta con el apoyo de sus hermanas Elisabeth y Prudence. "Si gana, Lachlan tendría la misma autoridad de la que ha disfrutado su padre durante años, y los demás accionistas tendrían que aceptar en gran medida sus planes para las empresas", se lee en un largo artículo publicado esta semana en el WSJ que, obviamente, tiene acceso a fuentes de primera mano.


Más allá de la familia, se libra una batalla ideológica de alcance mundial por permitir y fomentar que el emporio siga siendo el adalid del conservadurismo, cosa que Lachlan Murdoch garantiza, o llevarlo a posturas más moderadas y respetuosas con el medio ambiente (la posición de James y sus hermanas). El cambio en el fideicomiso de K. Rupert Murdoch, "un hombre que ha creado y destruido líderes en todo el mundo", tiene, pues, trascendencia más allá del ámbito familiar. El procedimiento, que tendrá lugar en un tribunal de Reno, Nevada, se llevaba en secreto hasta que el 'New York Times' hizo su trabajo hace unas semanas y obtuvo documentos que detallaban la inminente batalla judicial. Sin embargo, a pesar de los intentos de ese medio y otros por lograr acceder a la sala en la que se va a decidir el futuro de uno de los imperios mediáticos más poderosos del planeta, el tribunal ha decidido que el asunto se dirima en la confidencialidad. La ley de sucesiones de Nevada es popular entre magnates como Murdoch por su protección feroz de la privacidad.


La batalla entre Murdoch y tres de sus hijos adultos tiene más que ver con el control sobre sus empresas de medios de comunicación que con el dinero. Sus empresas incluyen Fox News, The Wall Street Journal, The Sun de Londres, editoriales, medios deportivos y una gran colección de periódicos en Australia. El tribunal escuchará los argumentos de Murdoch y sus cuatro hijos mayores durante cinco días y después tomará una decisión, permitiendo (o no) a Murdoch cambiar las condiciones del fideicomiso. Un fideicomiso es un contrato en virtud del cual una persona transmite sus bienes a otra bajo una serie de condiciones. El de Murdoch se acordó hace unas dos décadas y tenía el carácter de "irrevocable". Se firmó tras el divorcio de su segunda esposa, Anna Murdoch Mann, y otorga a los cuatro hermanos mayores la misma autoridad sobre las acciones que controlan el imperio de la familia tras la muerte de Murdoch. Ahora el bueno de Rupert quiere cambiarlo y darle más poder a Lachlan. En realidad es el último capítulo de un drama con tintes shakesperianos que ya dura años, ha enfrentado a hermanos entre sí y ha creado finalmente una ruptura abierta entre Murdoch y su segundo hijo, James, que se ha convertido en un crítico abierto del populismo de derechas del imperio y del negacionismo climático.


Como advierte el 'New York Times', el asunto se puede alargar durante años. El tribunal está presidido por un "perito especial" que en realidad no es juez, sino el encargado de evaluar las pruebas y luego redactar una opinión legal que, desde el punto de vista formal, es solo una recomendación que requiere de la aprobación de uno de los tres jueces de sucesiones del distrito. Un riesgo común en este tipo de batallas, además, es que más allá de las implicaciones geopolíticas, a menudo salen a la luz los agravios emocionales y las dinámicas familiares de años de enfrentamientos, lo que deriva en "más dolor, más veneno y más acciones legales".


El argumento de Murdoch para cambiar el fideicomiso es que, si no se cambia, cuando él muera se pueden generar constantes peleas por el liderazgo que llevarían a un bloqueo del imperio y a la pérdida de valor de las propiedades de la familia. Durante estos años, los Murdoch han intentado llegar a un acuerdo bajo el radar, como explica el Wall Street Journal. La idea era que Lachlan Murdoch comprara a sus hermanos su parte del fideicomiso, pero estamos hablando de miles de millones de dólares, lo que lo hizo inviable incluso para ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario