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sábado, 24 de agosto de 2024

Justicia: Qué es como valor, sus características y tipos

Te explicamos qué es la justicia, sus diferentes conceptos, sus tipos, características, ejemplos y por qué es un valor.



¿Qué es la justicia?

La justicia es la virtud de dar a cada uno lo que le corresponde, es decir, de organizar una sociedad según los principios de la honestidad, la equidad y la razón.


Se habla de justicia cuando se obra rectamente y conforme a la razón, o sea, cuando se tiene la voluntad de actuar objetivamente y teniendo en cuenta el bienestar común.


El término justicia proviene del latín iustitia (derivado de ius, “derecho”) y puede tener diferentes acepciones de acuerdo con el ámbito específico en el que se utilice. Por ejemplo:


En filosofía moral, tiene que ver con vivir honestamente, esto es, de manera recta y honrada, comprometida con la verdad y con el bien.

En derecho, se refiere al correcto cumplimiento de las leyes y a la diferenciación entre aquellas acciones deseables y aquellas reprobables en los individuos de la sociedad.

En religión, se habla de justicia divina para referirse a los castigos que Dios ejerce sobre sus fieles cuando desobedecen sus mandamientos o contradicen el código moral que se enseña en su doctrina.

Sin embargo, la concepción de lo que es o no es justo puede variar en el tiempo, y también entre una cultura y otra.


La justicia, además, está emparentada con otros valores morales como la honestidad, la responsabilidad, la equidad o la imparcialidad. Son justas, entonces, aquellas situaciones en las que triunfa la verdad y tiene lugar una correcta retribución de lo debido.


Por ejemplo, si de cuatro obreros involucrados en la construcción de una casa solamente dos trabajan a tiempo completo y los otros dos medio tiempo, la cantidad de esfuerzo realizado por los primeros será mayor y deberá, por justicia, ser también mayor su retribución económica.


Características de la justicia

En términos generales, la justicia se caracteriza por lo siguiente:


Es una virtud o cualidad moral.

Persigue el bien común y la igualdad ante la ley.

Garantiza el orden y la paz en una sociedad.

Cuenta con un fundamento cultural (de acuerdo con el consenso social) y un fundamento formal (de acuerdo con lo establecido en las leyes).

No es arbitraria, sino objetiva, imparcial y racional.

Se vincula con los valores de la honradez, la equidad y la verdad.

 


Justicia como valor

La justicia es uno de los valores morales fundamentales, que sirve de base a muchas otras virtudes. Sobre ella se construyen los sistemas legales, jurídicos y éticos de una sociedad.


En la justicia es clave la distinción entre lo bueno y lo malo, para poder castigar las acciones negativas y recompensar las positivas, de acuerdo con lo establecido en las leyes y las normas en general. A través de este sistema, la sociedad da a cada individuo lo que merece, sin dar cabida a subjetividades o segundas intenciones y tomando en cuenta lo más posible el bienestar, tanto común como individual.


La noción de justicia está determinada cultural e históricamente: lo que en una época puede considerarse justo, en otras puede tenerse por injusto, y viceversa. Sin embargo, la importancia de la justicia como valor central de una sociedad es común a todas las épocas y todas las sociedades.


Los actos injustos, por su parte, vulneran los derechos de las personas y atentan contra la paz, la estabilidad y la libertad de una sociedad. Las injusticias pueden darse en distintos ámbitos de la vida, como el laboral, el comercial, el político, entre otros.


Tipos de justicia

 


Dependiendo de su propósito en la sociedad y del aspecto de la vida que se encarga de regular, puede hablarse de distintos tipos de justicia.


Justicia distributiva

La justicia distributiva es aquella que busca la distribución justa de los bienes y recursos dentro de una sociedad, para garantizar el bienestar y una vida digna a todos los ciudadanos.


En algunos casos, se otorgan bienes de acuerdo con el mérito de los individuos, y en otros, de acuerdo con sus necesidades. A través de estos dos principios, se busca construir una sociedad más equitativa en cuanto al uso de sus recursos.


Por ejemplo, la justicia distributiva tiene lugar cuando el sistema de tasación o impuestos busca el aporte de recursos por parte de los sectores pudientes de la sociedad, de modo de ayudar a quienes tienen menos oportunidades.


Justicia procesal

La justicia procesal se ocupa de la regulación del proceso judicial, es decir, de los aspectos formales del ejercicio administrativo y legal del Estado, para garantizar que todos los ciudadanos sean tratados con las mismas normas y los mismos criterios.


Por ejemplo, existe justicia procesal cuando las actuaciones jurídicas del Estado son conformes a la ley, esto es, objetivas e imparciales, y no establecen ningún tipo de distinción en cuanto a los rasgos personales del individuo, como su sexo, su religión, su etnicidad o su clase social.


De este modo, cuando en un juicio no se aplica la ley de manera imparcial, se considera su sentencia viciada, y la persona juzgada puede ser vuelta a juzgar con otros jueces y en otras condiciones que sí le garanticen un correcto procedimiento.


Justicia retributiva

La justicia retributiva busca que los castigos y las sanciones impartidos por el Poder Judicial del Estado sean enteramente proporcionales a lo que condenan. Dicho de otro modo, que las sentencias sean justas en relación con los delitos cometidos.


El principio básico de la justicia retributiva consiste en que los individuos sean tratados de la misma forma en que ellos tratan a los demás. Para ello, el Estado se encarga de imponer un castigo justo, que devuelva a la sociedad el equilibrio contra el cual el delito atentó.


Por ejemplo, existe justicia retributiva cuando, en un juicio, se condena a un estafador a pagar una multa equivalente al dinero robado, para así privarlo de la ventaja que obtuvo a costa de los demás.


Justicia restaurativa

La justicia restaurativa busca subsanar o resarcir el daño causado por un tercero a un individuo particular, de manera tal que recupere su bienestar, o al menos reciba una compensación por el daño sufrido.


Este tipo de justicia hace foco en las necesidades vulneradas de la víctima, otorgándole a esta última un rol activo en la resolución del conflicto. Los ofensores, por su parte, deben resarcir el daño hecho satisfaciendo las necesidades de sus víctimas.


Por ejemplo, la justicia restaurativa tiene lugar cuando una empresa farmacéutica que ha comercializado productos vencidos y sin efecto es obligada por un juez a pagar a los perjudicados una fuerte suma de dinero, para así resarcir o reparar el daño hecho.


Justicia social

La justicia social busca la igualdad de oportunidades en una sociedad, de modo tal de reducir las desventajas con las que algunos ciudadanos vienen al mundo y construir una sociedad más equitativa. De esta manera, se intenta evitar la concentración de saberes y riquezas en manos de pocos.


El objetivo de la justicia social es buscar el bien común y garantizar el acceso de toda la población a la educación, la salud, el trabajo o una vivienda digna. Se basa en el respeto de los derechos humanos básicos y en la lucha contra la desigualdad y la pobreza.


Por ejemplo, existe justicia social cuando la salud y la educación públicas, provistas por el Estado, atienden a personas de diferentes estratos sociales por igual, ofreciéndoles las mismas oportunidades.


 


Ejemplos de justicia

Algunos ejemplos de aplicación de la justicia son:


La suspensión de un alumno universitario que fue descubierto copiándose en un examen.

El cobro de impuestos para poder subsidiar con ellos el consumo eléctrico de los hogares más vulnerables.

La sentencia que condena a un asaltante a realizar trabajos para la comunidad, con el fin de resarcir el daño que ha hecho.

El reparto equitativo de una herencia entre los herederos.

La liberación de un detenido que ha sido condenado injusta o indebidamente.

La imposición de una multa millonaria a una empresa que evadió el pago de sus impuestos durante años.

Diferencias entre justicia y equidad

La justicia y la equidad son conceptos muy emparentados, ya que la equidad es la capacidad de impartir justicia respetando las particularidades o circunstancias específicas de cada individuo en un momento determinado. De este modo, la equidad permite regular comportamientos y situaciones de manera justa y ecuánime.


La equidad no implica dar a todos lo mismo, sino dar a cada uno lo que le corresponde. Por eso también se dice que la equidad es una de las formas en las que se manifiesta la justicia. Por ejemplo: la equidad de género supone un trato justo entre hombres y mujeres, que respete sus condiciones e individualidades.


El símbolo de la justicia

El símbolo de la justicia por excelencia es la balanza, un instrumento empleado desde tiempos ancestrales para medir el peso de los objetos. Este instrumento representa el trato justo, exacto, a la medida de cada situación.


Sin embargo, existen distintos símbolos para representar la justicia, algunos sumamente antiguos y que, curiosamente, tienden a aparecer en diferentes culturas y geografías.


Según la mitología egipcia, por ejemplo, en el mundo de los muertos el dios Anubis pesaba el corazón de los recién fallecidos con una balanza y colocaba en el platillo contrario una pluma. Aquellos cuyo corazón fuera liviano eran admitidos en el paraíso, mientras que al resto los devoraba una bestia infernal.


Los griegos, por su parte, contaban con la diosa Dicea o Diké (bautizada Iustitia por los romanos), a quien representaban sosteniendo una báscula. Esta diosa simbolizaba la justicia humana, y se decía que acudía a Zeus cada vez que un juez incumplía su rol y era injusto.


A partir del Renacimiento europeo, se empezó a representar a esta diosa griega con los ojos vendados, lo cual alude a su objetividad e imparcialidad, pues al no poder ver, no hace diferencias.


Actualmente, esta es la imagen de la justicia predominante en todo Occidente, e incluso en regiones orientales y africanas. Muchas veces se muestra a la diosa con una balanza en una mano y una espada en la otra, que representa el castigo para quienes incumplan la ley.


Historia del concepto de justicia

A lo largo de la historia, numerosas disciplinas se han dedicado a pensar la justicia y tratar de dar con una definición. De hecho, las primeras formas de justicia datan de la Antigüedad, cuando la religión y el derecho formaban parte de lo mismo.


Por ejemplo, los diez mandamientos que el profeta Moisés entregó al pueblo judío en el Antiguo Testamento constituyeron a la vez un código moral, religioso y jurídico, con el cual los israelitas debían guiar sus acciones para no incurrir en el castigo divino. Visto así, Dios ejercía el rol de juez y sus leyes permitían organizar la vida en un tiempo previo a la justicia moderna.


Uno de los primeros códigos de justicia que se conocen es el Código de Hammurabi, escrito alrededor de 1750 a. C. por el rey babilonio Hammurabi (1810-1750 a. C.). Allí, se detallaban las leyes que el pueblo debía cumplir y las penas que serían impuestas en caso de no hacerlo.


Asimismo, numerosos filósofos antiguos se ocuparon de reflexionar sobre la justicia y cuál era el modo ideal de ejercerla. Entre ellos se cuentan los griegos Sócrates (470 a. C.-399 a. C.), para quien bastaba el conocimiento de lo justo para obrar como es debido; Platón (427 a. C.-347 a. C.), para quien la justicia implicaba que cada quien haga y posea lo que le resulta propio; y Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.), quien sostenía que la justicia era la igualdad proporcional, es decir, la igualdad que no impide reconocer y recompensar el mérito individual.


Los romanos, por su parte, fueron grandes pensadores jurídicos, y mucho del entendimiento moderno de las leyes es herencia del célebre derecho romano.


Durante el Medioevo también se reflexionó sobre la justicia. Pensadores como santo Tomás de Aquino (1224-1274) la consideraban una ley natural, es decir, otorgada por Dios, y es por ello que durante muchos siglos la Iglesia fue la encargada de impartir justicia en la Europa cristiana.


Esto último cambió a partir del Renacimiento, cuando se fue construyendo el concepto moderno de justicia. A ello contribuyeron numerosos filósofos y juristas, entre los que se destacan Baruch Spinoza (1632-1677), Gottfried Leibniz (1646-1716) y Montesquieu (1689-1755).


Hoy en día, entendemos por justicia al conjunto de reglas y normas que determinan el accionar de las instituciones del Estado y al modo en que los derechos y obligaciones individuales deben cumplirse para garantizar la vida en armonía. Asimismo, es posible usar este término para aludir al Poder Judicial, uno de los tres poderes del Estado republicano moderno.


«Justicia». Autor: Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible en: https://concepto.de/justicia/. Última edición: 27 de febrero de 2024. Consultado: 5 agosto, 2024https://concepto.de/justicia/#ixzz8i4oEX0hC

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