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sábado, 25 de marzo de 2023

DOMINIO PÚBLICO. Winnie Pooh, de oso de peluche a asesino: esto pasa cuando se liberan los derechos de un personaje

Winnie Pooh y otros personajes más de Disney pasaron a ser de dominio público. ¿Se puede seguir manejando la imagen de un personaje infantil cuando está liberada de los derechos de autor?



En 2022, los derechos de algunos personajes de Winnie the Pooh pasaron a ser de dominio público, es decir, cualquier persona puede hacer lo que desee con los personajes de la saga sin pedir autorización a Disney. En este contexto, surgió Winnie the Pooh: miel y sangre, una película paródica de terror protagonizada por el oso y su amigo Piglet, dos asesinos en serie que buscan venganza tras ser abandonados por su dueño Christopher Robin.

Originariamente, Winnie Pooh fue creado por el escritor británico Alan Alexander Milne e ilustrado por Ernest Howard Shepard. El autor decidió escribir sobre este personaje en honor al oso de peluche que pertenecía a su hijo Christopher Robin Milne.


Si bien Winnie Pooh se popularizó en 1926 cuando Milne lanzó un libro bajo este nombre, en realidad el personaje debutó en 1924 a través de un poema titulado Teddy Bear que el autor publicó en la imagin



En 1961, The Walt Disney Company adquirió los derechos del oso de peluche y de todos sus amigos (Piglet, Tigger, Igor, Conejo, Cangu, Rito, Búho y también Christopher Robin) y empezó a crear nuevos compañeros de aventuras, como por ejemplo Gopher el topo y Lumpy el elefante.


A medida que pasaron los años, Winnie Pooh protagonizó numerosas adaptaciones para el cine, la televisión, la literatura e incluso para los videojuegos de la franquicia, pero también llegó a otros espacios totalmente diferentes. Por ejemplo, los personajes del Bosque de los 100 acres llegaron a ser utilizados para explicar corrientes filosóficas como el taoísmo.


“WINNIE THE POOH” ES DE DOMINIO PÚBLICO: ¿QUÉ SIGNIFICA?

En 2022, Winnie Pooh cumplió 96 años desde su publicación y, según dicta la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos, tanto él como Christopher Robin, Igor y Piglet pasaron a ser de dominio público, quedando libres de la exclusividad de Disney. En consecuencia, a partir de ahora cualquier persona podrá crear nuevas historias, adaptaciones o continuaciones que se basen en estas figuras de ficción sin necesidad de pedir autorización al multimedio.


Es importante mencionar que lo que se liberó fue la obra literaria, no su representación visual. Es decir, la imagen de Winnie Pooh que Disney construyó en el imaginario popular (el tierno y pequeño oso amarillo con remera roja y un tarro de miel bajo el brazo) seguirá siendo controlada por la franquicia por algunos años más.



Aun así, esto irá sucediendo también con otros personajes como Tigger (ya que apareció por primera vez en el libro El rincón de Pooh editado en 1928), Bambi (quien fue creado por Felix Salten en el libro Bambi, una vida en el bosque) e incluso hasta Mickey Mouse, un caso de análisis más complejo ya que en 2024 la imagen de su primera edición pasará a ser de dominio público. Si la ley norteamericana no se cambia, las versiones actualizadas del ratón más famoso podrían correr la misma suerte.


Seguramente algunos piensen que estas circunstancias legales pueden afectar la imagen impoluta de los personajes infantiles y generar un fenómeno de onda expansiva como Winnie the Pooh: sangre y miel. Sin embargo, para el periodista y cineasta argentino Alexis Puig esto no es así.


DIFERENCIAR EL PERSONAJE ORIGINAL DE LA PARODIA

“Yo no siento que arruine ninguna imagen original porque está claro que es una parodia. Todo el mundo sabe quién es Winnie Pooh y lo relaciona más con Disney que con los libros originales. Encontrarse con una cinta como esta no destruye en nada la mitología del personaje ni la imagen infantil que uno puede tener de él. Los espectadores saben muy bien dividir original de parodia. No me parece que sea un daño para la idiosincrasia del personaje”, explicó Puig en diálogo con VOS.


Además, para él esta producción como tantas otras es “casi un chiste para los amantes del género de clase B, bizarro o clase Z”. Y añade: “Son películas que ya desde su impronta no están hechas de manera seria. Se trata casi de una broma con los códigos del género”.



Por más parodia que sea, Winnie the Pooh: miel y sangre no tuvo una buena recepción en China. A través de un comunicado, la distribuidora de la película VII Pillars Entertainment anunció la cancelación de las proyecciones en Hong Kong y Macao sin indicar el motivo. “Sentimos la decepción y las molestias”, se limitaron a decir.


De todas maneras, el personaje infantil está censurado en el país asiático desde hace 10 años. Todo comenzó en 2013, cuando el presidente chino, Xi Jinping realizó su primera visita a Estados Unidos como jefe de Estado. Mientras paseaba junto a Barack Obama, comenzó a hacerse viral un meme de ambos donde los comparaban con Winnie Pooh y Tigger. Tras burlarse de él en esta y otras ocasiones más, el mandatario decidió cancelar los libros y películas del personaje, no habiendo excepción alguna con esta nueva película.


CINE INDEPENDIENTE Y DE NICHO

Más allá de que la nueva tira del oso de peluche no se haya estrenado en China, sí lo hizo en el resto del mundo. Al ser parte y venir de un universo de nicho, Alexis Puig destaca que el film adquirió una gran importancia en el mundo cinematográfico por la repercusión y la oportunidad que se ganó al llegar a las salas de cine de todo el país.


“Me parece muy bien que se estrene en el cine porque este tipo de películas estaban destinadas al videoclub en su momento, al DVD y a la plataforma en la actualidad. Que una película como esta llegue a las salas y tenga una buena recaudación me parece interesante porque permite diversificar la opción. Las salas de cine están hoy cooptadas por las superproducciones. Esto beneficia no sólo a los productores sino también al cine de género y de terror. Además no deja de ser una película independiente”, explica.


De igual manera, según Alexis esta tendencia de visibilización no provocará una expansión del género porque sigue siendo para un público muy particular: “Es difícil que esto alcance masividad porque el cine de terror en general es muy de nicho, un nicho grande, pero nicho al fin”.


Y luego agregó: “No todo el mundo va a asustarse al cine ni le gusta el gore, los vampiros, las momias, los hombres lobos ni los zombis. Entonces, dentro del género de terror que ya de por sí es un nicho, estas películas independientes, de bajo presupuesto, paródicas, sabiendo que son cintas que de tan malas pueden ser divertidas, me parece que están para un nicho de un nicho”.


WINNIE POOH VS. BAMBI: UN MULTIVERSO POSIBLE

Más allá de la película en sí, lo interesante sigue estando en la originalidad y ocurrencia de un cineasta para tomar un personaje como Winnie Pooh y reconstruirlo desde una perspectiva totalmente nueva.


En una entrevista con Javier Ibarreche, tiktoker especialista en cine, Rhys Frake-Waterfield y Scott Jeffrey, director y productor de Winnie the Pooh: miel y sangre, aseguraron que están pensando en crear una secuela del personaje y que en febrero empezaron a armar una similar, pero con Bambi.


“Estamos haciendo Bambi y hay un gran giro al final que no van a ver venir. Y luego él está haciendo Winnie the Pooh 2. Tenemos cinco veces el presupuesto de esta. Esperen la muerte de alrededor de 100 personas. Vamos a matar muchísima gente. Y la otra cosa es que no sólo verán a él y a Piglet. Se van a unir otros amigos”, aseguró Jeffrey.


Cuando Ibarreche les preguntó si con esto piensan crear “un multiverso” al estilo Marvel, ellos no lo negaron. “Todavía no, eso es más adelante cuando se nos acaben las ideas. Por ahora están separados, pero vamos a tratar de ponerlos más o menos en el mismo mundo para que se puedan encontrar después. Ah y tenemos la opción de hacer Bambi contra Winnie Pooh”, explicaron en la nota.


Por su parte, Alexis Puig aún no ve aquí la construcción de un multiverso, pero tampoco descarta la idea. “Hay una necesidad muy grande de emular el esquema de negocios que fue Marvel, aunque no siempre funcionan. Universal lo quiso hacer con los monstruos que son personajes fantásticos para fusionarse en un mismo multiverso, pero no funcionaron. En Marvel funcionó porque hubo una idea muy bien desarrollada”, asegura.


DERECHO DE AUTOR: UN TEMA EN DISCUSIÓN

Ahora bien, volviendo a la liberación de derechos del personaje: ¿esto es parte de la democratización del mismo o sólo una puerta más para monetizarlo? Para el cineasta, lo segundo.

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“Siempre hay una cuestión monetaria detrás de todo esto. Si la pérdida de derechos permitiera que todo mundo tuviera acceso al material, sería fantástico. En el caso de las películas o libros que se reimprimen porque no hay derechos de autor, siempre hay una cuestión monetaria detrás. El que lo hace quiere ganar dinero”, asegura.


Por otra parte, el periodista considera que democratizar a Winnie Pooh o a cualquier otro protagonista centenario no tiene nada que ver con liberarlo de los derechos de autor. Para él, la verdadera democracia está en compartir, difundir y expandir las obras en sí o promulgarlas bajo otras licencias como por ejemplo Creative Commons.



“Yo no estoy muy de acuerdo con eso y tampoco con la piratería de bajar películas y ese tipo de cosas. Las obras deben ser respetadas, porque respetar las obras es respetar al autor de las mismas. Por ende, a mí no me parece que por más que pasen 100 o 500 años las obras sean libres de derecho de autor”, explica.


De igual manera, como aclara la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en su página web, “la protección por derecho de autor es automática en todos los Estados parte en el Convenio de Berna” (por ejemplo, Argentina se adhirió en 1967). “Aunque la legislación nacional de cada uno de esos Estados tenga matices propios, en líneas generales existe un alto grado de armonía”, establecen.


En el caso de nuestro país, para el autor o autora el derecho es de por vida y para los herederos de 70 años desde la muerte del autor o autora (desde el 1 de enero del año siguiente a la muerte).


El 31 de diciembre de 2022, la cuenta de Twitter de la organización Public Domain Day (@publicdomainday), especializada en el tema, explicó que, si bien Winnie the Pooh de A. A. Milne ingresó al Dominio Público en los Estados Unidos, en el Reino Unido de donde es oriundo el escritor, el personaje permanece protegido hasta 2027.



Ahora bien, un dato de color: Winnie the Pooh: miel y sangre se rodó en 10 días en Inglaterra de la mano de Jagged Edge Productions. Como generó tanta repercusión desde el momento en el que se lanzaron imágenes preliminares, la producción ganó más presupuesto y regrabó algunas escenas. Estos datos sólo afirman que el tema tiene un alto nivel de complejidad y que irá cambiando conforme avancen los años. Así, las obras generarán la tarea de replantear legislaciones, deberes y derechos conforme a las necesidades actuales.

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