El policía José Alexis Méndez está preso desde hace poco más de un año acusado de cometer el último caso de gatillo fácil en Mendoza.
Para la Justicia, el auxiliar disparó seis veces a matar contra un joven de 29 años oriundo del oeste de Capital porque “se tenían pica” y le quitó la vida a los pocos minutos.
Este lunes, a través de su defensa, se opuso a la elevación a juicio de la causa que instruye la fiscal de Homicidios Andrea Lazo –también participa como querellante la asociación de derechos humanos Xumek– y cuestionó la calificación en su contra (homicidio agravado por la función y por el uso de arma de fuego), que podría costarle una prisión perpetua.
Sin embargo, la jueza Dolores Ramón no hizo lugar a ninguno de los pedidos. La magistrada entendió que debe ir a debate oral por jurado y que no se trató de un homicidio culposo (sin intención y con una pena máxima de 5 años), como sostiene el imputado desde su detención, la noche del 1 de mayo del año pasado.
El abogado Gustavo Sarli argumentó que el proyectil que terminó matando a Ricardo Bazán, conocido como Ricardito, primero impactó en un sector de cemento y que, tras el rebote, dio en el cuerpo de la víctima. Básicamente, explicó que no estaba dirigido a matar y que había sido hacia el piso, contaron fuentes judiciales.
El ángulo de disparo fue el tema a discutir. Sin embargo, basándose en los peritajes, Ramón señaló que el accionar no fue culposo. Y que si la idea de Méndez hubiese sido persuadir a la víctima, dicho disparo debió ser a 45 grados, cuando se confirmó que no superó los 8 grados de inclinación, detallaron las fuentes a El Sol.
Además, que Méndez apretara 6 veces el gatillo también lo complicó en la causa. No sólo eso, fueron en un pasillo sin luz, sabiendo que también estaba en riesgo la vida de otras personas.
De la audiencia también trascendió que la conducta posterior del policía de no pedir auxilio, no informar a sus superiores, no llamar al 911, no solicitar más apoyo y de que podría haber plantado un arma (se halló en la escena una escopeta tipo tumbera de gran tamaño), sirvió para que se termine en esta instancia con la discusión sobre la calificación y la citación a juicio del expediente.
Para los investigadores de la causa, el policía José Alexis Méndez, de 28 años, mantenía conflictos de vieja data con la víctima.
El 1 de mayo del año pasado, Ricardito Bazán se encontraba en un asado en el barrio Nueva Esperanza de La Favorita con su pareja y otra personas –estaba por ser padre– cuando decidió ir a comprar vino. Un vecino se ofreció a llevarlo en su camioneta.
Cuando regresaban, efectivos de la Comisaría 59 le frenaron el paso para identificarlos. En un momento, Bazán salió corriendo. Para los detectives, el joven volvió a encontrase con Méndez y quiso evitar que lo llevaran hasta la citada dependencia por averiguación de antecedentes.
Lo cierto es que eso motivó al uniformado, sostiene la reconstrucción, a sacar el arma reglamentaria y comenzar a disparar. A 30 metros y por la espalda, uno de los plomos terminó en el cuerpo de Bazán.
El proyectil le impactó en la cintura e ingresó de forma ascendente hasta llegar al corazón. Otro vecino halló a la víctima herida y la llevó hasta el Centro de Salud Nº300, pero no resistió.


No hay comentarios:
Publicar un comentario