Noticias

lunes, 8 de junio de 2020

¿Cómo no caer en la procrastinación?

Algunos de los consejos más comunes son los siguientes:


- Identificar la tarea más importante que tiene por delante y hacerla primero. Eso permite atacar esa cuestión más compleja en el mayor momento de productividad del día -el cerebro funciona a su mayor capacidad durante las dos primeras horas de cada mañana-, liberará el resto de su jornada para manejar su tiempo y avanzar sobre temas más placenteros.

- Dividir esa obligación compleja en una serie de pasos o microtareas que pueda ir completando de a una, de manera de simplificar su realización e ir obteniendo en el camino pequeños logros que lo motiven a avanzar.

- Convencerse de que es mejor resolver en el momento esa tarea compleja vez de confiar en que una versión futura de usted mismo hará lo correcto después.

- Para motivarse, imagine sus resultados. Permítase una recompensa al alcanzar los objetivos o autoimpóngase un castigo como donar una cantidad de dinero a una caridad de su agrado en caso de que no los cumpla.

- Si todo falla, aceptar la imperfección. "Terminado es mejor que perfecto" reza el refrán, y esa visión ayuda a eliminar el estrés que provoca esa tarea y avanzar en completarla.

Otra de las grandes trampas de la gestión de tiempo ocurre cuando nos engañamos a nosotros mismos pensando que una tarea (o muchas) será resuelta en un abrir y cerrar de ojos. Cuando procedemos de esta manera luego nos frustramos al ver que al final del día no hemos tachado casi ninguno de los pendientes que pretendíamos resolver en esa jornada.

Para poner metas realistas de gestión de tiempo conviene utilizar la técnica de los tres escenarios, y para cada tarea pensar:

- El mejor escenario posible (resolver en la menor cantidad de tiempo que le asignamos a ese ítem)

- El escenario más complejo (cuánto tiempo en el caso máximo nos demandará esa obligación)

- El escenario posible, que es un intermedio entre los dos anteriores.

Es decir, cuando miramos realísticamente las tareas que tenemos por delante de esta manera cambiamos nuestra perspectiva, y nos planteamos metas de gestión de nuestro tiempo mucho más acertadas y menos frustrantes.

Otro cambio de perspectiva que podemos hacer desde la teoría de gestión de tiempo tiene que ver con evitar caer en el error de pensar que cada tarea es necesaria. Por el contrario, cuando empieces a pensar que algo te está llevando mucho más tiempo del que pronosticaste, da un paso atrás para evaluar cuál es la importancia de eso que estás haciendo y qué pasará si no queda terminado o a la perfección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario