El cobre es hoy un mineral estratégico para la transición energética mundial y la Provincia tiene el potencial para ser uno de los principales productores exportadores del mundo
Mendoza se ha posicionado como una plaza clave de minería sostenible. El cobre es hoy un mineral estratégico para la transición energética mundial y la Provincia tiene el potencial para ser uno de los principales productores exportadores del mundo.
Convertirse en un eslabón para esa transición energética, mediante el abastecimiento de minerales críticos para su desarrollo, generará en Mendoza enormes impactos directos como también indirectos con efecto positivo a nivel económico, social, ambiental e impositivo.
La minería moderna y sostenible es hoy un eje estratégico para el desarrollo en la Provincia.
Hay que entender a la actividad como un proceso de largo plazo, aunque los resultados son palpables desde el comienzo, en la etapa de exploración. Por ejemplo, en demanda de infraestructura, caminos, conectividad, transporte, alojamiento, servicios básicos y otros.
Son muchos los beneficios que se pueden aprovechar. A modo de ejemplo podemos mencionar:
Que siendo una actividad netamente exportadora contribuye a la balanza de pagos.
Al desarrollarse los proyectos en lugares lejanos de los centros urbanos, generan crecimiento que de otro modo no se produciría.
Genera fuentes de trabajo registrado con salarios por encima de la media.
Atrae inversores.
Tracciona la economía local.
Impulsa la recaudación Provincial y Nacional.
La minería utiliza agua, pero como se recircula en circuitos cerrados solo es necesario reponer lo que se evapora, el consumo neto es bajo en comparación con otras actividades productivas.
Los planes de largo plazo han sido elaborados por el sector privado, académico y público de manera conjunta.
Entendiendo este proceso que demandó años, la oportunidad es hoy.
Se ha culminado la etapa de trabajo administrativo con la comunidad, Malargüe, la UNCuyo y con los organismos sectoriales que participaron en el análisis.
También se ha dado un paso clave en la Legislatura la semana pasada, ya que se le dio media sanción al Distrito Minero Malargüe en la Cámara de Diputados.
Y hace unas horas el proyecto tomó estado parlamentario en el Senado, cuerpo al que pertenezco.
Mi esfuerzo estará puesto en trabajar para que avancemos en la ratificación legislativa de los 34 proyectos de exploración que previamente obtuvieron la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) a través de Resoluciones Conjuntas, en cumplimiento de lo dispuesto por el Artículo 3º de la Ley Nº 7722.
Y que cada proyecto cumpla con los más altos estándares ambientales.
No solo porque es una obligación legal, sino también porque es un compromiso ético con generaciones futuras.
Afortunadamente, Mendoza ya se encuentra incluida en el EITI, que es el compromiso con la Transparencia de las Industrias Extractivas, una iniciativa propuesta por el Banco Mundial. Fue gracias a que el gobernador Alfredo Cornejo firmó el convenio durante la última visita a la provincia del Secretario de Minería de la Nación, Luis Lucero.
Y por si todo esto no alcanzara, se ha creado la UGA (Unidad de Gestión Ambiental), que consiste en un grupo interdisciplinario compuesto por la Autoridad Ambiental Minera (AAM) y las instituciones dictaminantes que son parte del procedimiento de evaluación del proyecto, a las cuales se les asignan un rol preponderante a los fines de evaluar la información y realizar inspecciones conjuntas en el proyecto.
Con todas estas garantías es que los senadores vamos a trabajar, sabiendo que hacer minería y cuidar el medioambiente es una fórmula posible.
Estamos en un momento histórico, bisagra. Como legisladora me comprometo a estar a la altura.
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